5 trucos para que nuestros hijos vivan los cambios con alegría



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agaracoach
19 junio 20
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Hoy tuvimos la última clase del año escolar de mis hijas. Ellas están cursando su primer año de pre escolar y se habían adaptado muy bien a las rutinas, a compartir con más niños, a seguir las instrucciones de los profesores, a pasar más tiempo por fuera de casa. Al llegar la cuarentena y la virtualidad, el tiempo en casa compensaba un poco el no estar con los amigos, y también se adaptaron orgánicamente a las clases en el computador.

Pero hoy, en la despedida, cuando la profe les dijo que ya iban a pasar a otro curso, que ella no iba a ser más su profe, aunque seguía estando para ellos cuando la necesitaran, una de ellas me dijo: “Mamá, no quiero pasar al siguiente curso”, con su carita triste y la sensación de que estaba perdiendo algo muy importante.

Con el corazón arrugado, traté de pensar rápido y le pedí a la profesora que nos contara que cosas fantásticas iban a ocurrir en el siguiente curso. Rápidamente la profesora empezó a mencionar cambios que mostraban mayor autonomía, un mundo más abierto para ellos, y cosas que ahora querían hacer y no les era permitido. Les dijo que cada uno iba a tener una cartuchera con sus propios útiles (por ahora manejaban útiles para todos), que los salones serían más grandes y en el segundo piso (este año no podían subir allá), que habría más actividades en lugares del colegio a los que actualmente no iban. También les contó que iban a tener nuevos amigos, porque estarían con niños de otros salones.  Además mencionó que su uniforme iba a cambiar, que iban a usar el de los niños más grandes.

Poco a poco la cara de mi hija fue cambiando. Puede leer en su rostro que ahora tenía gran expectativa por lo que pasaría el otro año, y entonces entendí que debía prepararlas mejor para lo que viene. Sobre todo porque si desde ahora que son pequeñas, aprenden a adaptarse a los cambios, en un futuro seguramente serán personas más resilientes, flexibles, y propositivas. Quizás eso sea parte importante de esa sensación, a veces tan esquiva, que llamamos felicidad.

Empiezo a pensar en qué cosas específicamente podríamos hacer como familia, dentro de nuestras actividades cotidianas, para que cuando llegue el momento de enfrentar el cambio de curso, lo hagan con alegría y viendo la posibilidad de ganar cosas fantásticas, en lugar de con la sensación de pérdida y añoranza. Rápidamente pensé en estas 5 opciones, que hoy quiero compartirles, porque pienso que pueden ser muy útiles, no solamente para un cambio como éste, sino para otros como un cambio de ciudad o una enfermedad que requiera cambios de estilo de vida etc.

1. Anticipación

Una de las principales características de nuestro sistema nervioso es que está diseñado para anticipar. La anticipación nos permite automatizar conductas para volvernos más eficientes. Cuando un estímulo que genera una respuesta se repite muchas veces, anticipamos que cada vez que estemos frente a ese estímulo se dará la misma respuesta. En este caso la anticipación nos sirve para crear respuestas emocionales apropiadas frente al cambio. Por ejemplo, si mi hija está disfrutando pintando algo, puedo decirle que el lápiz que está usando, con el que hizo ese dibujo tan bonito, es como los que va a tener  en el siguiente curso. Y esto lo repetiré cada vez que lo use. Cuando efectivamente esté en el siguiente curso, y use sus lápices, va  a anticipar la sensación de disfrute que tenía cuando hacía los dibujos en casa. Entonces el nuevo curso queda asociado a disfrutar. Puedo también asociarlo a cosas menos específicas como el clima o un color (por ejemplo el de los nuevos uniformes) de tal manera que reúna muchos estímulos que afiancen la sensación que quiero que anticipe.

Este trabajo requiere repetición para que la anticipación se dé de manera automática. Afortunadamente tengo 2 meses de vacaciones para hacerlo.

2. Creación de futuro.

Para nuestra mente inconsciente pensar y hacer es lo mismo. Esto quiere decir que si pensamos repetidamente en algo, cuando nos enfrentemos a la situación nuestro cerebro va a enfocarse en vivirlo como lo pensamos. Obviamente solo pensar en algo no es garantía de vivirlo igual, porque muchas veces no controlamos factores externos a nosotros que interfieren con nuestro deseo. Sin embargo, soñar con las cosas que van a venir con el cambio, con sensaciones de bienestar, alegría y tranquilidad, es preparar el camino para que así sea.

Podemos jugar con nuestros hijos a dibujar como va a ser ese primer día de clases o hacer una obra con títeres donde un personaje sea un niño que conoce nuevos amigos y se pone muy contento, o jugar a imaginar ese momento, poniéndole muchos colores, sonidos, incluso olores, sabores o temperatura. En esas actividades es muy importante que hagamos énfasis en las sensaciones, y que las intensifiquemos mucho, que nuestros hijos puedan llegar a sentirse dentro de la actividad, tal como queremos que lo hagan cuando se presente la situación.

3. Refuerzo de cambios positivos

Seguramente nuestros hijos a su corta edad ya han enfrentado cambios, y algunos de ellos, de manera muy positiva. Podemos revivir con ellos esos momentos de cambio, y rescatar las cosas buenas que vinieron con él.

Por ejemplo, cuando mis hijas dejaron los pañales, estaban muy entusiasmadas con poder usar su nueva ropa interior, porque era de muñequitos diferentes a los de los pañales.  Puedo usar esa historia para que se sientan muy felices por la posibilidad de encontrar nuevos amigos, conocer nuevos profesores, acudir a lugares diferentes dentro de las instalaciones del colegio, etc.

La idea es usar sus propios “casos de éxito” y empezar a presentar la situación de cambio como una opción de tener nuevamente buenos resultados y ganancias.

4. Busca modelos de éxito

Los referentes de éxito nos invitan a querer obtener los mismos resultados. Son fuentes de inspiración para que busquemos para nosotros mismos lo que ponemos en valor de sus resultados. Los niños no se escapan de este modelo, y podemos buscar dentro de su entorno, un modelo de persona que haya pasado por el mismo cambio o uno similar. Lo más fácil en este caso sería un hermanito mayor. Podríamos pedirle que le cuente a su hermano menor los aspectos que más le gustaron de pasar al siguiente curso, o cómo disfrutó conocer a nuevos amigos, o lo nuevo que aprendió al entrar a ese curso. Un primo, vecino, o incluso el hermano de algún compañerito puede ser la opción para los hijos únicos. Incluso podemos contarles nuestra propia historia, cuando nosotros mismos vivimos esa experiencia.

También son válidos los modelos de fantasía, sobre todo en estas edades. Así que si encontramos un cuento, una canción, una serie animada, donde el foco sea cómo el protagonista inicialmente ve una situación como una pérdida, y luego descubre las grandes cosas que van a llegar con el cambio, es una herramienta perfecta. Los padres más creativos podrán inventar sus propios personajes e historias con sus hijos, y que ese nuevo amigo les sirva de modelo para muchos más cambios.

5. Gratitud

La gratitud es el reconocimiento que damos a las cosas que nos aportan algún beneficio. Cuando agradecemos por lo que viene, estamos condicionando a nuestro cerebro a entender lo que va a ocurrir como algo que me está aportando algún provecho. Y por lo tanto, ser agradecidos nos aporta una sensación de bienestar.

En mi casa tenemos una rutina de gratitud antes de ir a dormir. Damos gracias por las cosas que hicimos durante el día, y reconocemos la alegría o el confort que nos proporciona lo cotidiano. A partir de hora, incluiré la gratitud por pasar al siguiente curso, por la oportunidad de conocer nuevos amigos y profes, de aprender cosas nuevas, porque el colegio está preparando cosas fantásticas para el nuevo inicio, y sobre todo, porque tenemos la oportunidad de brindar a nuestras hijas una educación de calidad bajo el modelo que para nosotros como padres, es el que les abrirá muchas puertas en el futuro.

Hoy mismo pondré en marcha este plan de acción con mi familia. Prometo contarles, al inicio del siguiente año escolar, cuáles fueron mis resultados. También espero que lo pongan en práctica ustedes y me cuenten su experiencia.

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio” Charles Darwin.

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